11.12.12

Recuerdos de viejos tiempos...

Noticia publicada el día 11/12/2012 en el diario La Comarca

Un éxito que ha traído a la memoria de los poblanos momentos vividos y recuerdos que han provocado multitud de sensaciones». Las Jornadas Centenario de la Azucarera del Bajo Aragón, celebradas del 6 al 8 de diciembre en La Puebla de Híjar, concluyeron el sábado con un balance muy positivo tanto del Ayuntamiento de la localidad como de la Asociación Cultural - Patrimonial Gaén.

Ambas entidades, de la mano, han sido capaces de congregar a niños y mayores alrededor de mesas redondas, exposiciones, talleres y diferentes actividades con el objetivo de recuperar costumbres, formas de vida y tradiciones de la localidad a través de su Azucarera, la fábrica que convirtió a la sociedad poblana en una población moderna e industrial. Siempre ligada al ferrocarril y al barrio de La Estación, gracias a la factoría llegaron a La Puebla corrientes políticas, humanísticas y arquitectónicas. La fábrica de remolacha azucarera abrió sus puertas en tiempos del Regeneracionismo de Joaquín Costa (1912) y las cerró dos años antes del final de la Dictadura (1973). Durante esos 60 años la localidad creció en todos los sentidos y se desarrolló industrialmente para convertirse en uno de los puntos de referencia de la provincia.

Hoy todavía quedan testimonios; antiguos trabajadores y vecinos de la localidad que recuerdan con detalle las últimas décadas de la actividad industrial y es por ello por lo que desde la asociación decidieron aprovechar el centenario para desempolvar documentos y sacar de la memoria viejos recuerdos que sirvan para que, sobre todo los más jóvenes, conozcan su propia historia.

Las Jornadas se cerraron con una visita guiada a la Azucarera el sábado por la tarde que contó con las explicaciones del poblano Tomás Salvador, «azucarero de toda la vida», determinó. Pese a que apenas quedan en pie dos edificios de la gigante infraestructura del siglo XX, el medio centenar de asistentes entendieron perfectamente la distribución de la industria, el trabajo que se realizaba y escucharon algunas anécdota. «Había un piso que le decíamos el de Madrid y era para cuando venían los jefes. Siempre había ahí una persona limpiando y con la comida y la cena preparada y a lo mejor se ultizaba dos veces al año», comentaron los ex trabajadores.

Los asistentes, que prefirieron enfrentarse a las fuertes rachas de viento que perderse la experiencia, pudieron observar tras la visita una pequeña maqueta en la que resolvieron todo tipo de dudas.

18 protagonistas, en un documental

Cuando los proyectos se hacen con cariño, se nota. Son iniciativas que desprenden humanidad y compromiso por los cuatro costados. Este es el caso del documental ‘La Azucarera del Bajo Aragón’, que se estrenó el sábado con gran éxito de público. La cinta reúne en casi una hora los testimonios de 18 personas que trabajaron en la fábrica o bien estuvieron ligadas familiarmente con ella. La idea surgió de la poblana Ana Asión en colaboración con su novio, Sergio Abenia, quien se encargó del apartado gráfico. Ambos quería aportar su granito de arena a las jornadas dando voz a los que vivieron el auge y el declive de una fábrica que marcó un antes y un después en la vida de la localidad.



Durante 57 minutos y son voz en off, se suceden los recuerdos y las anécdotas de la vida de los poblanos en la azucarera. Los trabajadores o familiares de empleados cuentan las duras condiciones laborales y cómo lograron las mejoras salariales. Como en todas las empresas, al director de se le tenía respeto y su figura era como la de un «birrey», relatan. La época más dura del año era la de la campaña, cuando comenzaba, desaparecían los días festivos y las familias no podían hacer otra cosa que resignarse. Una de las protagonistas recuerda en el vídeo que acudía cada día a trabajar en moto. Como en aquella época no era habitual que una mujer trabajara ni condujera una motocicleta, más de un coche la siguió hasta la azucarera curioso de saber cual era su destino. Más allá de las vivencias personales, en lo que todos coinciden en el vídeo es en que fueron años felices para todos ellos y que siempre guardarán a la azucarera en el corazón.

Asión reconoce que al principio pensaron que algunos protagonistas podrían mostrarse reacios a hablar delante la cámara, sin embargo, no fue así. «Enseguida quisieron colaborar y no pusieron ningún reparo. Más que plantearles preguntas cerradas, les dimos unas pautas para que fueran ellos los que se explayasen. Cada persona le puede dar importancia a un aspecto de la azucarera», explica la joven autora. Aunque en un principio querían que el documental durara poco más de media hora, al contar con 12 horas de grabación decidieron alargarlo hasta los 57 minutos para no dejar fuera a nadie. Las grabaciones de los testimonios duraron tres meses, de julio a septiembre, aprovechando que muchos poblanos que viven fuera vuelven a su pueblo en verano.

El documental está dividido en cinco partes: trabajo en la azucarera, relaciones, repercusión de la fábrica en La Puebla, anécdotas y recuerdos. Después del visionado del documental se clausuraron las jornadas con la entrega de unos detalles a todos los que han colaborado en llevar adelante la iniciativa.

A lo largo de los tres días, ha hbido tiempo para el debate en diferentes mesas redondas que han tenido como sede el Salón Multiusos ‘El Charif’.