24.3.05

El Bajo Aragón ya tiene todo listo para su ´rompida de la hora´

Noticia publicada el día 24/03/2005 en El Periódico de Aragón

Las poblaciones de la ruta, salvo Calanda, cumplen hoy con el antiguo ritual

Miles de personas serán testigos del estruendo de la medianoche turolense

Ante los miles de turistas que cada año acuden a disfrutar de los encantos de la ruta , las nueve localidades bajoaragonesas cumplen con la rompida , una tradición en la que toman parte unos 20.000 tamborileros, el 70% de la población.

Desde el siglo XVII, y probablemente desde antes, el sonido de estos instrumentos irrumpe en la medianoche del Jueves al Viernes Santo en Albalate del Arzobispo, Alcorisa, Andorra, Híjar, La Puebla, Samper de Calanda y Urrea de Gaén.

Calanda reserva este momento estelar para el mediodía de mañana, Viernes Santo, mientras que en Alcañiz la rompida se sustituye por la procesión del pregón (ese mismo día, a las 13 horas).

El tambor y el bombo sirven allí para recordar y revivir la consternación de la naturaleza que, según la concepción bíblica, se produjo ante la muerte de Cristo.

De hecho, se cuenta que antes de que la Venerable Orden de San Francisco dejara su huella en la Pasión bajoaragonesa con la introducción de los instrumentos de percusión, ya existía la costumbre de que los fieles que acudían a los oficios de Tinieblas del Viernes Santo causaran estruendo golpeando piedras contra los bancos como señal de duelo.

En cada localidad de la ruta, su rompida tiene alguna peculiaridad. En Albalate, las túnicas de satén negro invaden esta noche las calles para cumplir una tradición que en Andorra va precedida por el paso del Silencio.

En Híjar y Samper de Calanda, la rompida tiene su continuación en un desfile interminable de cofrades por las estrechas calles de la ciudad. En la Puebla, los cofrades acuden al acto despojándose de hábitos y distintivos y reciben a los visitantes con los balcones engalanados para la ocasión. Previamente al acto central que también celebra Alcorisa, en Urrea los alabarderos presiden una solemne misa, que reúne a todo el pueblo.